Desestacionalización de los viajes, mayor exigencia de los viajeros, masificación de los destinos, nuevos agregadores de ofertas con valor diferencial… El usuario quiere vivir experiencias y su menor fidelidad contrasta con su mayor dependencia tecnológica,
- La generación Millenial, como sucede en otros sectores, transforma las reglas del juego porque ya no contempla el viaje como algo excepcional ni el turismo como una actividad puntual.
- El viaje es una comodity, sencillamente, y el turismo de vacaciones se transforma en escapadas continuadas a lo largo del año, algunas de muy corta duración, en las que vivir momentos memorables. Viajar más, disfrutar más, exigir más, pagar menos.
- Los hoteles, restaurantes, museos y todo el tejido empresarial y económico que gira en torno al turismo y los viajes está comenzando a colaborar y elaborar propuestas conjuntas para ofrecer al visitante una experiencia completa y fácil. Poder entrar a los museos con la tarjeta inteligente que sirve como llave de la habitación de hotel y pagar en un restaurante con esa misma tarjeta ya es posible.
- Como comentábamos para el sector de la Automoción, también en el sector turístico aparece el fenómeno del “turismo de suscripción”. Lo que refuerza la idea de que viajar y hacer turismo ya no es un acto puntual, sino una forma de entender la vida.
- La tendencia del BLEISURE (Business + Pleasure) se perfila como la fuerza transformadora más importante en el sector. Los viajes de negocio puros pierden peso y los viajes puramente de placer no siempre son posibles, de manera que los viajeros quieren disfrutar al máximo cuando viajan por trabajo y eso está condicionando radicalmente la oferta de viajes de negocios.
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