La cultura de la propiedad está dejando paso a la sociedad del uso, la responsabilidad en los conflictos no necesariamente debe dirimirse entre personas físicas y/o jurídicas, sino entre personas y no personas… La legalidad de las Cosas plantea un nivel diferente de derechos y obligaciones.
- Se detecta un cambio de orientación en las coberturas de seguros: de asegurar la propiedad de las cosas pasamos a asegurar el uso de las cosas.
- Un mismo bien o producto puede ser utilizado de manera habitual por diferentes personas, con lo cual el seguro no se enfoca a la cobertura de riesgo de ese bien o servicio, sino que se genera una cobertura múltiple y personalizada. Por ejemplo, un automóvil no tiene un seguro único a nombre de un propietario, sino que se suscriben seguros personalizados en función del uso de ese automóvil que hacen los diferentes miembros de la familia que lo utiliza.
- Comienzan a parecen seguros “just in time” que tienen en cuenta la alta movilidad geográfica de personas y profesionales. La cobertura de un seguro se adapta automáticamente al lugar en el que la persona se encuentra en ese momento y está vigente en unas condiciones determinadas durante el tiempo que la persona está allí.
- También comienzan a surgir seguros cuyas coberturas y condiciones económicas se recalculan en función de parámetros biométricos que se monitorizan mediante smartphones o wearables (Smart watches o pulseras biométricas).
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